El
pasado fin de semana tuve el placer de visitar Bodegas Ribón, de la mano de su
propietaria, Imelda Ribón, con quien compartí una estupenda jornada entre
viñedos, buen vino y, por supuesto, también alrededor de una buena mesa.
La
Bodega, situada en el casco urbano de Quintanilla de Onésimo, se ubica en un
edificio señorial de piedra y ladrillo macizo, construcción que data de
principios de siglo y que ha sido adaptada respetando su estructura original,
para la elaboración de sus vinos con las técnicas enológicas más actuales.
Les
contaré más sobre la bodega, los viñedos y la calidad humana de los
propietarios en el próximo número de la revista SUMILLERES. Hoy me centraré en
dos de los vinos que producen: Ribón Barrica 2011 y Ribón Crianza 2010.
Ribón Barrica 2011
Bonito
color rubí con ribetes púrpura, capa alta y buena lágrima. En nariz predomina
la fruta roja y negra en sazón, con un toque floral, todo envuelto en suaves
toques especiados de vainilla y al fondo, coco, que delatan un paso por barrica
(50% roble francés, 50% roble americano) bien medido, que aporta complejidad y
estructura sin ahogar los aromas primarios. Pleno en la boca, rico en matices,
con volumen y taninos dulces. El postgusto es muy largo y en retronasal nos
sorprenden los recuerdos de maderas aromáticas y fruta casi pasificada. Un vino
muy rico, alegre, que invita a beber otro trago.
Ribón Crianza 2010
Un
vino más serio que el anterior, con una crianza más larga: 12 meses en barricas
de roble francés (60%) y americano (40%). De color picota de capa media-alta,
en nariz es más discreto que el barrica en primera olfacción, menos “explosivo”
dijéramos. Su personalidad se inclina más hacia la elegancia. Encontramos
aromas de regaliz, de frutos negros (grosellas, moras, ciruelas), hojas de
tabaco y pimienta negra sobre un fondo mineral. En boca tiene un excelente
recorrido, con una acidez marcada que le da mucha frescura y augura longevidad.
Final largo, de buena persistencia.